viernes, 11 de diciembre de 2015

La relación de poder del intérprete de conferencia como prestador de servicios





El filósofo francés Michael Foucault (1926-1984) dijo que el poder no se posee sino que se ejerce y, en la interpretación de conferencias, el intérprete no posee el poder sino que lo ejerce, no como actor visible sino como mediador en un proceso de comunicación cuyos matices van más allá de lo lingüístico.

Las palabras, los gestos, las ideas, las intenciones son sus herramientas de uso frecuente para enhebrar un discurso coherente con la infinidad de hilos semánticos que se producen después de esquilar, lingüísticamente hablando, a cada uno de los actores involucrados.

De acuerdo con las acepciones que nos brinda la vigésima tercera edición del Diccionario de la Lengua Española en línea, la palabra Poder, del latín potēre, puede significar Tener expedita la facultad o potencia de hacer algoTener facilidad, tiempo o lugar de hacer algocoloq. Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpoSer más fuerte que alguien, ser capaz de vencerleSer contingente o posible que suceda algo, entre otras acepciones. El poder del intérprete, para el caso que nos ocupa, tiene más que ver con la facultad que éste tiene para controlar una posible situación de conflicto en la cual ya no es visto como mediador sino como actor.

En mi corta experiencia he visto como en segundos pasamos de ser un canal de comunicación a ser jueces con arte y parte. Por ejemplo, en la última reunión en la cual participé como intérprete me tocó la responsabilidad de dar las instrucciones relacionadas con la metodología de trabajo para la elaboración de un informe conjunto entre invitados internacionales quienes no usarían una lengua vehicular común, sino que trabajarían en tres idiomas diferentes. La logística de interpretación estaba dispuesta para trabajar en este escenario ya que había un intérprete para cada grupo y eso no representaba ningún escoyo insorteable. El problema, que además se hace cada vez más recurrente en algunos de estos escenarios, es que terminamos asumiendo el papel de anfitrión y guía logístico de la reunión. No sé si mi caso sea particular por el hecho de tener siempre un espíritu de colaborador-mediador y por conocer cómo funciona la logística y la metodología de trabajo de mi país.

Sin embargo, todo tiene un límite y es justo en ese momento cuando nuestro amigo Foucault irrumpe en la escena para orientarnos y advertirnos. Hay que ejercer el poder. Nos toca, entonces, alejarnos un poco y hacer saber que no somos los anfitriones y que no podemos asumir la responsabilidad de conducir una reunión, dar una instrucción, a veces, sugerir una modalidad de trabajo, sino que es responsabilidad del organizador. La frase “eso me lo dijo el intérprete” es una de las cosas que debemos evitar en lo que respecta a la conducción de una reunión de trabajo. Siempre seremos el eslabón más débil.

Existe, sin embargo, una forma sutil de ejercer el poder de forma positiva sin invocar la confrontación para salir de esa situación y es a través de la sinceridad, sin dejar de lado el espíritu de colaboración, marcando una posición firme pero cordial. Hay que dejar claro que no pretendemos ser, en ningún momento, un factor de perturbación sino de comodidad, de apoyo y muchas veces de amistad y concordia. Es necesario que sus interlocutores sepan que usted, intérprete, está ahí para ayudar a sortear una barrera lingüística y cultural.

Nuestro poder como intérpretes no es un poder punitivo, y mucho menos un poder bañado por el manto del ego de quien se sabe imprescindible. Por el contrario, más nos aprecian por la humildad y por el espíritu colaborador.

A los nuevos colegas, solo me resta decirles que es necesario entender el entorno de trabajo y saber cómo funcionan las relaciones de poder con nuestros propios colegas y más aún con nuestros empleadores. Aprendamos a ejercer el poder.

Por: Amarú Araujo Villegas
Traductor e Intérprete
Miembro de AVINC.

2 comentarios:

  1. Entendiendo claramente del texto de Amarú, me pregunto cuántos intérpretes pueden confundir la experiencia relatada con la palabra Poder? Convendría debatir el tema planteado con otros ángulos como lo es Privilegio, Responsabilidad y Ética. Por otro lado....me complace ver que el tema invita al aporte de colegas. Bienvenido.

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  2. Buen día, y muchas gracias por el comentario. Sí, hay mucha tela por cortar en lo que respecta a nuestro rol como prestadores de servicio. Sería bueno conseguir una entrada sobre Deontología de la profesión. Amarú Araujo Villegas

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