Por Claudia Sierich

La historia de Anayansi es vertiginosa. Imposible hilarla en este espacio, ligada como está a la vida sociopolítica de Venezuela, marcada desde hace siglos por revoluciones, apasionadas luchas sociales, exilios y “demás hierbas aromáticas”, como dice ella. Aquí ofrecemos un extracto:
“He tenido una vida muy rica. Soy feliz. Sigo adelante practicando la traducción y la interpretación, y ¡sobre todo! cuido a mis nietos, una bendición...”.
Llevada de la mano por un rebelde y movido desarrollo personal, en su momento escogió traducir e interpretar, “para garantizarme un ingreso en libertad; tenía las herramientas –los idiomas–, tenía a mis morochos y necesitaba anclarme.”
Anayansi había sido alumna en Méjico, Caracas, Barbados y Canadá. Luego inició estudios de Medicina en la UCV, que interrumpe, y mucho más tarde, estudió Educación.
“Qué te ha dado la profesión?”
“Ser intérprete me ha dado muchísimo. Fungir de puente... meterme en la mente del Otro, aprender a disociarme y volver a unirme... Aceptas la disidencia, te obligas mientras interpretas: es aprender a tolerar y a convivir.” Anayansi ha sido en su momento, Presidente de Avinc y fue miembro de aiic. ● Otros encuentros: Ana Teresa Arcaya, Marisela Vegas. Próximamente: Danute Rosales. Proyecto de publicación en desarrollo © Claudia Sierich